Un elemento decisivo de confort en los lugares de trabajo es la iluminación natural a través de ventanales acristalados y gracias a ello, mejora la productividad y disminuye la rotación y el absentismo de los empleados y, por lo tanto, los clientes satisfechos aumentan. También se consiguen importantes ahorros debido a que la iluminación natural permite reducir el consumo de energía de los edificios.

No se puede improvisar la alianza con el sol, es decir, si no se gestiona bien la luz natural, puede ser una fuente de fatiga natural, deslumbramientos y la radiación solar mal controlada puede ser una fuente de calor excesivo. Aumentan las necesidades de climatizar los edificios y por lo tanto aumentan también los gastos. El confort térmico y visual en verano nos permite una protección solar eficaz y nos permite optimizar y dosificar la luz en cualquier estación del año y controlar todas las horas del día el deslumbramiento y los reflejos que pueden dificultar el trabajo ante una pantalla de ordenador.

El mejor partido de la luz natural y de la energía solar, lo podemos sacar siempre y cuando las prestaciones de la protección del sol sean calculadas, controladas y medidas y sobre todas las cosas. Con el fin de responder de manera eficaz a las necesidades particulares, esta protección debe integrarse ya desde la fase de diseño del proyecto o del edificio.

Existen gran variedad de tejidos en el mercado que permiten optimizar el confort térmico y visual de los inmuebles de oficinas, proponiendo, a cada situación diferente, soluciones adaptadas, como son las siguientes: ocultar u oscurecer un espacio por las necesidades de la actividad, regular la aportación de luz y controlar el calor según la orientación del edificio, la implantación de las oficinas y las condiciones de trabajo de sus ocupantes, por ejemplo, para las salas de reuniones que tienen proyectores de vídeo o similares. Según las prioridades de la protección solar, cada solución aporta una respuesta óptima: transparencia, regulación de la luz, visión hacia el exterior, control del calor y confort económico y duradero, control del deslumbramiento.

Una de las claves esenciales del bienestar humano es la luz natural. La luz ya que se trata de una forma de energía ejerce una acción física, también ejerce una acción fisiológica, ya que estimula los receptores visuales, y también una acción psicológica, dado que influye en la percepción del bienestar general. La luz natural es de mejor calidad que la luz artificial, por su buena difusión, homogeneidad y su elevada luminosidad. Para ciertas actividades, puede tener una influencia positiva en la calidad y en la seguridad, ya que permite una mejor percepción de los colores.

En la actualidad, los tejidos para estores ayudan a filtrar la luz natural con gran eficacia. Estos tejidos se obtienen de un hilo de vidrio recubierto antes del tejido. Se permite sacar el mejor partido de este material debido al procedimiento de fabricación, en particular por la regularidad del recubrimiento del hilo y por su ligamento específico, es decir, el entrecruzado de los hilos. Este producto ventilado permite una buena percepción de la imagen a través del estor y confiere también a los tejidos su transparencia.

Es indispensable el contacto visual con el exterior para poder conservar la noción del espacio y del tiempo. Reduce el estrés y contribuye a la mejora de la productividad y a disminuir el absentismo laboral. Con una protección solar adaptada, en la práctica, es posible proteger la intimidad y a la vez conservar una verdadera transparencia.

La calidad de visión hacia el exterior no depende sólo de la trasmisión lumínica y el factor de abertura del tejido, sino también de la propia nitidez de la imagen a través del tejido.

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