
En la ciudad de Barcelona se han realizado construcciones de viviendas con protección solar incorporada, que han permitido avanzar en la línea de incorporar altos criterios de sostenibilidad en vivienda urbana de calidad media.
Se trata de un sistema ligero de control solar a base de tejidos perforados que permiten tamizar la radiación lumínica al tiempo que proveen de privacidad a cada vivienda e incorpora un tratamiento cromático en fachada. Han incorporado divisiones ligeras, fachada ventilada y energías renovables.
Uno de los edificios, ubicado en el barrio del Clot de Barcelona se levanta en una parcela complicada, condicionada por dos factores: el primero, una alineación de la calle que no es perpendicular con las paredes medianeras sino que difiere 15 grados; y el segundo factor, que limita la profundidad edificable por la existencia de una segunda edificación en planta baja y al fondo de la parcela pero que se debe respetar. Por ello, la fachada principal se proyecta de manera que los machones siguen la dirección de la calle mientras que los balcones buscan otras directrices, saliendo, entrando y desdoblando el plano. El proyecto aprovecha los recursos energéticos naturales, tanto luminosos como climáticos. El resultado es un edificio plurifamiliar de siete viviendas entre medianeras distribuidos en planta baja más cuatro. Un patio en el centro del edificio ventila la escalera comunitaria y las cocinas de los apartamentos.
Los paneles textiles son una innovación en el mercado de la protección solar y se han desarrollado junto con la empresa Industrias BEC como adaptación para exterior de los paneles japoneses incorporando un tejido perforado, que se puede limpiar y tensado para evitar pliegues y tener una fácil adaptación a la fuerza del viento. Los paneles juegan también con colores distintos para poder rechazar mejor la radiación solar, principal inconveniente en el Mediterráneo.
Como la fachada principal está orientada al Sur se ha apostado por una fachada ventilada en las zonas ciegas compuesta de piezas cerámicas de gran formato con aislamiento continuo de lana de roca en toda su altura para romper los puentes térmicos y mejorar su comportamiento energético. Una doble piel para proteger las aberturas, formada por unos paneles textiles móviles enmarcados por tubos de aluminio y tensados, sirve de control lumínico hacia el interior; de controlador de la radiación solar y de filtro visual desde el exterior.